19 Feb El papel de las fundaciones benéficas en el desarrollo de la enseñanza: la Fundación Gaspar de Ontiveros
El Archivo Municipal conserva un pequeño legajo de gran utilidad para el estudio de la Obra Pía benéfico-docente fundada en 1768 por voluntad de Don Gaspar de Ontiveros, canónigo de la Catedral de Calahorra, con la finalidad de sufragar los gastos del salario de un maestro, que fuese contratado por el Ayuntamiento, para dar a los niños la mejor educación y crianza.
Las escuelas de primeras letras fueron durante largos siglos responsabilidad municipal. Los concejos y las propias familias sufragaban los gastos derivados de la educación elemental, de tal forma que los maestros eran contratados con cargo a las arcas municipales y las escuelas públicas debían admitir un determinado número de niños pobres a los que se impartía enseñanza gratuita.
No obstante, la iglesia y ciertas fundaciones benéficas también jugaron un importante papel en el panorama educativo, de manera que fueron muchos los sacerdotes dedicados a impartir docencia e instruir a los más pequeños en el cálculo, lectura, escritura y doctrina cristiana, y sobre todo a partir de mediados del siglo XVIII, cuando las ideas ilustradas conceden a la educación un lugar de primer orden, comienzan a surgir múltiples fundaciones benéficas que tienen por prioridad fomentar la enseñanza primaria entre los más necesitados.
Un ejemplo de ello es la Fundación Benéfica creada por Don Gaspar de Ontiveros a mediados de dicho siglo, quien a tenor de lo que se desprende en el traslado de la escritura de fundación de dicha obra pía, tuvo la voluntad de que «...en este pueblo haya maestro de inteligencia y prudencia y de a los niños la mejor educación y crianza…»
En este mismo documento queda constancia de la cesión de las rentas de sus catorce heredades, para pagar el salario de dicho maestro.
En otro de los documentos conservados en dicho legajo, aparecen detalladas las siguientes obligaciones del maestro:
- Enseñar a los niños de este pueblo la doctrina Cristiana y a leer, escribir y contar con toda perfección.
- Todos los días ha de llevar y acompañar a los niños que concurrieren a la escuela, desde la casa de ella, a oir Misa rezada en la Iglesia Parroquial de Santiago el real de esta ciudad.
- Siempre que saliese el Santísimo Sacramento de dicha iglesia para administrarlo a los enfermos también ha de concurrir el dicho maestro con los niños de dicha escuela yendo estos delante en dos filas, encargándoles tengan la mayor devoción a tan Alto y Soberano Misterio y que rueguen por la salud del enfermo a quien se le administrare.
- Así mismo deberá dicho maestro asistir con los niños que educare, diariamente a rezar el rosario a la hora que se ejercita esta devoción en la expresada iglesia, sin faltar cuando por la tarde se canta por las calles.
- Y finalmente cumplirá dicho maestro con rezar todos los días con todos los niños el Pater Noster y Ave María en sufragio del alma de dicho señor Don Gaspar de Ontiveros como bienhechor de esta Piadosa Fundación perpetuamente.